Cuando la conducta del hijo es inadecuada, muchas
veces es el reflejo de la conducta inapropiada de los padres. No se
quiere decir con esto, que los padres sean malintencionados, sino
que en numerosas ocasiones no son conscientes de sus propias acciones y los hijos están
modelando esas conductas.
¿A qué me refiero con esto?
Lo explicaré a través de un ejemplo: La queja principal de algunos padres es que su hijo llega con una actitud negativa del colegio a la casa. La primera pregunta para los padres sería: ¿Con qué humor llegan ustedes a la casa después de un día de trabajo? Muchas veces los padres llegan cansados, incluso irritados por los problemas laborales y con pocas ganas de compartir en familia. Se les sugiere a los padres que mejoren su actitud al llegar a casa, lo cual favorecerá el cambio de actitud del hijo, incluso cuando llegue a casa después de un largo día de colegio. Ejemplos como este se podría mencionar en numerosas circunstancias:
Tres preguntas que debemos hacernos:
¿Qué conductas no deseadas estás viendo en tus hijos?
¿Cuáles de estas conductas posiblemente están siendo
copiadas por tus hijos de ti como padre/madre?
¿Con qué nuevas conductas positivas vas a reemplazar las negativas?
Por supuesto que existen otros factores a considerar al momento de
evaluar la conducta inapropiada de los hijos, pero en muchos
casos los hijos sólo están modelando (consciente o
inconscientemente) las conductas de sus padres.
Recordemos: Los padres somos los líderes de nuestra familia. Nadie quiere ser liderado por alguien que no cumple lo que exige. De la misma manera, ningún hijo hará algo que es inconsistente entre el hablar y el actuar de los padres.
Mejoremos los hábitos y mostremos consistencia entre lo que exigimos y lo que hacemos.
(Recopilado: Dra. Beatriz Rubín)
|