El término dislexia solo debe aplicarse a niños o a
adultos que deberían ser capaces de leer, pero no pueden hacerlo de forma
eficiente, y cuya razón no se debe a una escasa inteligencia.
En la recuperación de los niños, el recurso más
inmediato son los padres, no solamente para apoyarlos, sino que son la
principal fuente de donde el hijo obtiene el lenguaje. Se ha comprobado que es
más fácil aprender a leer a través de la interacción profunda entre el niño y
alguien que ya conoce bien el proceso, ¿Quién mejor que los padres que también
comprenden al niño? Por supuesto, para que los padres puedan cumplir adecuadamente
este rol, deben contar con la asesoría y el apoyo continuo de un especialista,
que le brinde las pautas y la comprensión integral del proceso lectoescritural.
Por consiguiente, si se cuenta con una debida
orientación a los padres y con la ayuda del docente, los muchachos con
problemas de lectoescritura mostrarán una
notoria mejoría en el trabajo escolar, además de un enriquecimiento en las
relaciones con sus familiares.
¿Qué función desempeñan los padres en este
proyecto?
- Diariamente y no por más de 15 minutos: leer con el hijo y para el hijo.
- Practicar juegos de palabras referidas al texto leído.
- Escribir, deletrear, hacer rimas sin sentido, utilizar códigos de sustitución.
- No utilizar al principio métodos correctivos. Si corregimos desde el inicio, se producirá inhibición y temor al fracaso.
En otras entregas, iremos ampliando muchos
conocimientos que queremos compartir con los padres y los docentes.
(Recopilado por: Dra. Beatriz Napolitano)