- Sea amable, pero firme.
- Trate a sus hijos con respeto.
- Establezca rutinas diarias en su familia e involucre a sus hijos en las planeación de éstas.
- Sea consistente: cuando diga algo, cúmplalo; de lo contrario no lo diga.
- No cantaletee: hable poco y claro.
- En ciertos casos, actúe en vez de hablar.
- Alabe el esfuerzo y no solo el resultado.
- Siempre averigüe cuál es la causa que hay detrás del comportamiento.
- Establezca metas que cumplir a corto plazo; nada a largo plazo funciona con los hijos.
- Emplee el sistema de “tiempo para reflexionar” para que los ánimos (de ambos lados) se calmen.
- Busquen soluciones a los problemas, en grupo, utilice las reuniones familiares.
- De mensajes de aprobación.
- No de órdenes sino opciones limitadas, ejemplo: “cuál pijama te quieres poner, la azul o la verde”.
- Asegúrese que su hijo se sienta amado.
(Recopilado: Dra. Khary Rubín)