domingo, 18 de agosto de 2013
ALGUNAS REGLAS Y RECOMENDACIONES PARA ESTABLECER Y MANTENER LA DISCIPLINA EN EL ENTORNO DEL NIÑO.
• Fomentar y recompensar siempre la buena conducta, independientemente de castigar la mala. Cuando se pueda elegir, se debe decidir por la opción más positiva. Al demostrarle satisfacción o gratificación, siente confianza y seguridad en sí mismo y genera un buen comportamiento futuro.
• Establecer normas provoca control de impulsos y un proceder adecuado en sociedad sin coartar el deseo de independencia. Si se imponen reglas demasiado restrictivas, el niño podría temer de explorar por su cuenta o probar nuevas habilidades.
• Adecuar el desarrollo del niño con la implementación de límites, así como no esperar actitudes fuera de sus posibilidades.
• Aplicar castigos adaptados al nivel de desarrollo. Por ejemplo un niño que es enviado a su habitación por mala conducta no debe permanecer más de cinco minutos, de lo contrario olvidará porque está allí. Si se escoge razonar en lugar de castigar, se deben emplear palabras sencillas y concretas; no utilizar argumentos hipotéticos, como ¿qué sentirías si yo te hiciera lo mismo? “, ningún niño de esa edad puede entender este tipo de razonamiento y, menos aún, si presenta déficit Atencional e hiperactividad.
• No modifique normas y castigos al azar, sólo se logra crear confusión. Conforme crece y madura, es natural esperar un comportamiento más adecuado; sin embargo si se modifica una regla, el niño debe ser debidamente notificado de ello y con suficiente antelación. Es decir, antes de aplicar la nueva norma, se le debe explicar.
• Asegurarse de que todos los adultos que conviven y cuidan al niño entiendan las normas y castigos empleados para disciplinarlo. Si un padre dice que algo está bien y el otro lo prohíbe, el niño está condenado a vivir confundido. Así mismo, descubre que puede lograrlo lo que desea contraponiendo a los padres, complicando la coexistencia familiar. La mejor forma de evitar este tipo de “batallas” es presentar un frente unido.
• Recordar que los padres son un modelo fundamental para su hijo, cuanto más coherente y sensato sea su comportamiento, más probabilidades hay de que el niño refleje esas cualidades. De otra manera, si le golpean cada vez que rompe una norma, se transmite, con ejemplo, que es correcto resolver los problemas con violencia.
• El niño por sus dificultades, tiene relativamente escaso control sobre sus reacciones emocionales, siendo ellas aún impredecibles, y no sabe dominar sus deseos de desafiar la autoridad. Por tanto es posible que desobedezca, a veces intencionalmente u otras veces en forma involuntaria, las normas familiares o escolares, como contestar, gritar, molestar, irritarse, etc. Esto no significa que se le permite controlar e intimidar, ya que él no lo desea y espera un alto cuando pasa del límite, del mismo modo que asume protección si realiza algo peligroso. Es por ello que debe conocer cuál comportamiento es aceptable y cuál no. La única forma es marcando límites razonables, así el niño define sus propias restricciones posteriormente.
• Al decidir qué límites establecer, se recomienda continuar las estrategias mencionadas anteriormente. Tan es importante recompensar la conducta deseable como castigar la desaprobada evitando el daño físico. Es fundamental corregir la mala conducta interviniendo inmediata y consistentemente, nunca esperar y dejar que el niño olvide.
• Los niños sometidos a una disciplina rígida o maltratados por sus padres están en riesgo de presentar un comportamiento agresivo a largo plazo. La morbilidad y mortalidad asociadas a maltrato infantil son una preocupación constante. Por ello, se desarrolla cierta destreza para descubrir factores que indican peligro de maltrato infantil.
• El castigo sólo enseña el tipo de comportamiento inaceptable, pero no cuál es el deseable. Por tanto, éste debe constituir una pequeña parte de toda la estrategia disciplinaria.
• Un ambiente amoroso, sin disciplina estricta, acaba con perturbaciones infantiles, ya que un niño no puede ser causa y efecto. La disciplina efectiva se produce al existir un ambiente de seguridad, debido a reglas y consecuencias predecibles, y amor, resultado de una atención adecuada y elogios, que los convierte en seres capaces de tomar decisiones y asumir responsabilidades.
Ψ Elaborado por: Dr. Lorenzo Rubín Paradisi, (Ph.D.)
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