Cuando
asistimos con nuestro hijo a diligencias o reuniones con familiares y
amistades, debemos tener presente:
• Duración estimada de la reunión.
• Donde se va a realizar la reunión.
• Si la reunión va a ser de día o de noche.
En función de todo esto debemos plantear:
• Cuanto tiempo vamos a permanecer en ella, ya que llegará un momento en que nuestro hijo comenzará a tener
actuaciones difíciles de manejar. Por eso, antes de que estos comportamientos
lleguen a ser estresantes y desagradables, es una buena opción poner cualquier disculpa
y abandonar la reunión, pero con tranquilidad, ya que con nuestra actitud
previsiva nos adelantamos a una pataleta desenfrenada.
• Planificar con antelación, llevando juegos o cuadernos para que el niño se
pueda entretener, teniendo en cuenta que no todos los juguetes favorecen el
ensimismamiento y la distracción.
Y por
encima de todo…estar preparados para cambiar disimuladamente de plan y
marcharnos.
Lic. Geraima Espinoza