Se puede minar la
autoestima de un niño, no sólo con las palabras sino también con la forma en
que las decimos. El tipo de entonación que utilicemos, la falta de interés, las
críticas y las quejas de incompetencia son las mejores bazas para lograrlo.
· No escuchar: Para que un niño sienta que importa, lo que él dice
tiene que importar. No es nada fácil, pero si no fomentamos la comunicación con
los niños, dejarán de contarnos nada.
· Despreciar: Pueden parecer insensible e irritantes, pero eso no
significa que las cosas no les afecten ni que no les duelan los comentarios
hirientes. Es el comportamiento, no el niño, lo que nos disgusta.
· Sobreprotección, falta de confianza: Los niños tienen que sentir que se confía en ellos
para alcanzar la independencia y así poder tener una autoestima elevada.
· Comparaciones: Cada niño es único, no hace falta compararle con
nadie. Cuando un ser humano de cualquier edad se ve obligado a vivir a la
altura de las expectativas de otra persona acaba estrellándose y perdiendo la
confianza en uno mismo.
· Buscar fallos: Todos sabemos lo mucho que duele cuando hacemos las
cosas lo mejor que sabemos y sólo recibimos críticas. Cuando un niño da lo
máximo de sí mismo se le tiene que animar en lugar de buscar sólo los fallos.
· Comentarios hirientes: Tenemos que deshacernos de palabras como tonto,
estúpido, pesado, insoportable… Si no nos deshacemos de un lenguaje tan
destructivo, acabaremos destruyendo la autoestima del niño.
Recopilado por: Lic.
Geraima Espinoza
Fuente: Equipo de
Orientación Educativa y Psicopedagógica de Alcobendas.
Consejería de Educación.
Comunidad de Madrid.